Villa Solita (Vigo) Según la historiadora Andrea Serodio el terreno, también denominado Finca Cabrera, existía en 1879 cuando se instalan el militar Enrique Rodríguez Cabrera y su esposa Antonia Pequeño Pequeño. Fallecido éste en 1894, Villa Solita queda en manos de la joven viuda, quien en 1925, por ejemplo, solicita licencia al Concello para levantar la capilla de estilo neogótico.
Tras la muerte de Antonia Pequeño la finca pasa a manos de sus criadas, siendo comprada en los años sesenta por un promotor inmobiliario. Actualmente la propiedad es del Concello, encontrándose los restos del caserón de estilo eclecticista totalmente abandonados. El conjunto se compone de una vivienda de planta cuadrada y una pequeña capilla, además de amplios jardines en parte de los cuales hoy se asienta la urbanización Finca Solita.